
Sin avances
Aunque nos encontramos en una época de la humanidad, donde debido a los avances tecnológicos, tenemos la capacidad de comunicarnos de un a extremo a otro del mundo, no todas las personas tienen la oportunidad de hacerlo, ni de la misma manera. Esta falta de igualdad repercute en muchos ámbitos, la educación incluida.
Los medios digitales han demostrado que pueden acortar distancias, tiempos y, a través de un dispositivo electrónico, facilitar el acceso de las personas a la información. Estos quizá podrían ser la herramienta que nos proporcione el beneficio de llegar a sectores poblacionales que requieren un mayor o un mejor nivel de educación.
Sin embargo, de seguir así las circunstancias en que opera la educación a nivel mundial, a mi parecer, podría tener dos consecuencias posibles a futuro:
1) Que se consiga el máximo alcance de herramientas tecnológicas digitales a nivel mundial, se extiendan a todos los países y sean utilizadas como medios de acceso a la educación, dando como resultado equidad educativa, y por ende, aumento de igualdad entre los países y regiones;
2) Que sólo un sector de la población en el mundo esté exponencialmente más capacitado en el ámbito educativo que la otra parte, sin que esta última tenga una oportunidad real de obtener el mismo nivel. ¿Cómo llegaríamos a ambos desenlaces? y ¿qué podríamos hacer para que el futuro se incline de un lado de la balanza?
Si dividimos al mundo por regiones culturales, económicas, físicas, políticas y lingüísticas, encontraremos brechas profundas, casi irreconciliables entre sí, cuando de educación se trata. No obstante, en este texto abarcaremos algunos factores que son recurrentes en los dos principales grupos poblacionales, en los cuales he dividido -de manera casi arbitraria- a los habitantes del mundo: los que frecuentemente aparecen en los estudios y pruebas[1] con un satisfactorio nivel educativo y los que no.
Desigualdades educativas
Mejorar el nivel educativo en todo el mundo parece que ha sido un objetivo desde el siglo pasado. Los países menos desarrollados son los que más preocupan, en África, por ejemplo, se encuentra el 47% de los niños sin escolarizar en el mundo (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura [UNESCO], 2019, p.7) y sus tasas de analfabetismo son las más altas. Mientras que en Latinoamérica, en países más desarrollados como México, el promedio de años que estudia cada persona es de 9.7 (Instituto Nacional de Estadística y Geografía [INEGI], s.f.), aunque en la prueba PISA de 2018, sobresalió que los estudiantes mexicanos no tienen habilidades básicas de lectura, de acuerdo a lo señalado por Gabriela Ramos, directora general de la OCDE (Villafuerte, 2019). Cuba, en cambio, nación con muchas carencias, ha logrado el 100% de alfabetización desde hace décadas.
Del otro lado de la moneda, se encuentran países como Japón, en donde la educación sigue las mismas pautas educativas desde los años cuarenta y les ha funcionado hasta nuestros días, manteniendo un muy buen nivel educativo (Gonzalez M., 2020). Finlandia, por ejemplo, se ha situado en los últimos tiempos como un país de excelencia académica, y en el caso de Corea del Sur, su nivel ha mejorado al ritmo de su economía. Estos países son ricos y altamente desarrollados, se sitúan en las primeras posiciones en cuanto a educación, sin embargo, sus sistemas no son perfectos, y sus resultados tienen otra clase de consecuencias, como estrés, depresión y alto índice de suicidio (Banco Mundial, 2019), debido a la presión a la que son sometidos sus estudiantes, entre otros factores.
Hay notables diferencias en las poblaciones; sus contextos son notablemente distintos, y circunstancias como la economía, la estabilidad social y política del país, el tipo de sistema educativo, la guerra, el clima, situaciones particulares como el COVID 19, tienen un papel decisivo en los avances y retrocesos de la educación a nivel mundial. Existen grandes brechas de desigualdad en el mundo en todo sentido, sin embargo, la educación debe ser todavía hoy uno de los ideales a cumplir como derecho fundamental de la humanidad.
¿Avances o retrocesos en educación? ¡Toc… toc…!
Llama mucho la atención que cada 20 años la UNESCO realice un informe con los avances y necesidades en materia de educación, y que en realidad nunca se avance. La regla general sigue siendo que los países con mejor nivel de vida están en un extremo, y los demás en el opuesto. Es evidente que algo se está haciendo muy mal o no se está haciendo.
Uno de los más célebres de los informes de la UNESCO es el escrito por Edgar Faure en 1972. Para muchos “este informe es un antes y un después en la educación internacional. Fue la antesala de la visualización de la necesidad mundial de un modelo alternativo a la educación, que ya entonces llamaban tradicional, y que, permanece hasta nuestros días” (García P., 2016). Este escrito, intitulado Aprender a ser. La educación del futuro., es un texto visionario dirigido a dar un volantazo a los sistemas educativos que han generado el estancamiento y el atraso hasta hoy. Y al parecer, a 40 años de su publicación no ha sido aplicado y por ello, se mantiene vigente.
En La educación del futuro, Faure señala que: “Para responder a una demanda de educación sin precedentes, frente a tareas inéditas y a funciones nuevas, las fórmulas tradicionales, las reformas parciales no bastan” (Cita García P., 2016).
Es decir, desde los años setentas, ha existido por lo menos, una fuente de pensamiento consciente de la necesidad de ver hacia el futuro y de cambiar las estrategias metodológicas para que se adecúen a los nuevos tiempos. Y esto es justamente lo que la educación mundial necesita, un cambio drástico, orientado hacia las nuevas tecnologías como también lo apunta Faure:
Hay falsas soluciones, tímidas y en realidad costosas por su misma ineficacia, por ello es necesario volvernos hacia los hechos portadores de porvenir: las actuaciones intelectuales, los enfoques conceptuales recientes y los progresos de la tecnología, en la medida, bien entendido, en que eran implantados en una innovación global (Cita García P., 2016).
Es ilusorio e inclusive riesgoso, esperar a que los gobiernos cambien, los países se enriquezcan o exista una situación que haga que todo se acelere para las poblaciones más vulnerables, porque hasta el momento ha sucedido así, y no ha pasado nada.
La vía que necesitamos asentar para llegar a todos es la de los medios digitales, ir a la parar de la tecnología, con los tiempos y situaciones cambiando constantemente, como lo señalaba Faure. E instancias como la UNESCO deberían idear un plan a 10 o 15 años como máximo, donde medios digitales, reemplacen, fortalezcan o introduzcan formas de aprendizaje, y tracen nuevos modelos de estudio más estandarizados, que permitan una mayor equidad en los principios y valores que se le inculquen a los estudiantes.
¿Ustedes qué opinan al respecto? ¿Las herramientas digitales salvarían la educación y acabarían con la desigualdad?
Ya para concluir…
Como mencioné en su momento, son muchos los factores por los que la educación es tan desigual a nivel mundial, las necesidades y desventajas que cada país tiene son rasgos muy particulares de atender. Sin embargo, sería posible que todos tuviéramos una misma herramienta, a través de los medios digitales, que ayudara a satisfacer los requerimientos de cada región y país; para ello se tendrían que abolir muchas metodologías vetustas, y dar paso a otras nuevas, que puede que sí ayuden a mitigar, nivelar la educación de la población mundial.
La elección de un camino más aventurado no es nuestra por completo, pero siempre podemos levantar la voz en pro de la educación o correr el riesgo de que sigamos estancados o quizá peor.
Si te sirvió la información háznoslo saber. RECUERDA citarnos:
Alejandra GC. Herramientas digitales: ¿el futuro de la educación?. Marzo de 2023, en https://barbasdegato.com/herramientas-digitales-el-futuro-de-la-educacion/
Las referencias acá están. ¡¡Saludos!!
👇
REFERENCIAS
Banco Mundial. (2019). Tasa de mortalidad por suicidio (por cada 100 000 habitantes) – Finland. Recuperado el 6 de marzo de 2023 de: https://datos.bancomundial.org/indicador/SH.STA.SUIC.P5?end=2019&locations=FI&most_recent_year_desc=false&start=2019&view=map
García Pérez, J. Blas. (6 de julio de 2016). La vigencia del Informe Faure. Piensa La EDUCACIÓN: INED21. https://ined21.com/la-vigencia-del-informe-faure/
Gonzalez Martinez, Anabel. (29 de abril de 2020). Sistema educativo japonés. Youtube. https://www.youtube.com/watch?v=1j2aXgIgHzE
Instituto Nacional de Estadística y Geografía. (s.f.). Censos de Población y Vivienda 2010 y 2020. https://www.cuentame.inegi.org.mx/poblacion/escolaridad.aspx
Organización de las Naciones Unidas. (agosto de 2020) Informe de políticas: La educación durante la COVID-19 y después de ella. Recuperado el 6 de marzo de 2023 de: https://edu.rcastellanos.cdmx.gob.mx/posgrado/pluginfile.php/761/mod_resource/content/25/archivos/1.0NU.pdf
Villafuerte, Paola. (9 de diciembre de 2019). Resultados PISA 2018: Latinoamérica por debajo del promedio. https://observatorio.tec.mx/edu-news/prueba-pisa-2018-latinoamerica/
[1] Me refiero a países de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) que participan en las pruebas PISA (Programa para la Evaluación Internacional de los Estudiantes) o que aparecen en los informes de la UNESCO (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura.